
Una edición facsímil (del latín fac «haz», 2ª persona de sing. del imper. de facĕre ‘hacer’, y simĭle «semejante») se define, según las Reglas de catalogación españolas, como una «reproducción exacta, por cualquier procedimiento, del texto e ilustraciones de un determinado ejemplar impreso o manuscrito». La ISBD consolidada, por su parte, nos habla de reproducción facsímil, definiéndola como como una «nueva edición de un recurso en el cual la parte principal es una reproducción exacta de las páginas originales de una edición anterior. Realizada normalmente por un editor diferente al de la edición original, suele tener su propia portada y otro material introductorio». Los facsímiles suelen aplicarse como medida de seguridad en archivos, bibliotecas y museos para permitir que los usuarios tengan acceso a una copia exacta del documento original sin arriesgarse a que éste sea robado o se deteriore con el tiempo.